El calendario cabalístico es lunisolar, por tanto es un calendario que indica el tiempo tomando en consideración tanto las fases del Sol como las fases de la Luna. El primer día de cada mes inicia con la Luna Nueva. Al igual que la luna, nosotros no generamos Luz propia, sino que canalizamos y reflejamos la Luz que irradiamos. Somos las vasijas para la Causa Original. El Creador es la Causa Original. Nuestro propósito espiritual al venir a este mundo es desarrollar la capacidad de revelar la Luz del Creador y usarla para eliminar la oscuridad.
Los meses del calendario hebreo están representados por un signo del zodíaco y por un planeta, que a su vez fueron creados por las letras hebreas. El Libro de la Formación nos explica que al meditar diariamente en las letras hebreas que son específicas del mes y en la permutación correspondiente del Tetragrammaton (YHVH), podemos plantar las semillas que quisiéramos atraer a nuestra vida para el mes.
Es muy importante la conciencia del mes y los desafíos espirituales que impone, ya que al conocer la fuerza y energía de cada signo solar podemos sintonizar con ella, y recibir la luz circundante. Del mismo modo que cada signo solar deposita su energía potencial que se revelará durante cada mes del año, cada fase lunar nos marca cómo podemos integrar dicha energía en el curso del mes y signo.
En Kabbalah la Luna representa a Yesod, la séfira que nutre a nuestro mundo. Por tanto, toda la luz que desciende desde los Mundos Superiores pasa por ésta. La Luna y su naturaleza femenina y receptiva es la Vasija para recibir las bendiciones que deseamos.
Como sabes, la Luna no tiene luz propia, por lo que recoge todas las pulsiones procedentes de cada Séfira, signo y planetas; y las convierte en imágenes internas, las pulsiones eléctricas que recibe del exterior son transformadas en puntos luminosos que producen un color según su intensidad, dando lugar a la imagen que aparecerá en la pantalla emocional.
Cuando la energía penetra en el organismo físico y se produce el negativo de lo que inmediatamente va a positivarse, el individuo puede tomar conciencia de esa imagen negativa y comprender la experiencia que ha de aportarle su vivencia. Encontrándose entonces en condiciones de aportar esa experiencia a su Yo Superior sin necesidad de vivirla en el mundo físico, su protagonismo ya no será necesario. En este sentido, la Luna es también la plataforma que dispara hacia arriba el fruto de nuestras experiencias.
Es así que influye en todos los mundos: mineral, vegetal, animal y humano. Las Cuatro fases lunares nos muestran un trabajo espiritual específico en cada uno de los 4 mundos arquetípicos de la Kabbalah.
La Luna Nueva se relaciona con Olam Atzilut, el Mundo de las Emanaciones y transcurre durante los primeros 7 días del mes en que la energía se encuentra en el nivel semilla. Es un buen momento que el universo nos otorga para iniciar nuevos proyectos. Es una fase donde vemos la idea final, lo que deseamos conseguir.
La Luna Creciente se relaciona con Olam Briah, el Mundo de la Creación, y son los siguientes 7 días, es decir desde el día 8 al 14 del mes, es el momento donde empezamos a accionar para hacer evolucionar la semilla, planificamos el cómo llevaremos a cabo esa idea, nos enfocamos en los detalles del paso a paso en vez del nivel global anterior.
La Luna Llena se relaciona con Olam Yetzirá, el Mundo de la Formación que va desde el día 15 al 21 del mes. Este periodo marca el punto más alto de la realización, estamos llevando a cabo las pequeñas metas que nos llevarán a la realización final del deseo inicial. Puede que el trabajo de ese mes sea la clave, la parte vital de algo que puede llevar meses su realización y que en este momento del mes se afianza.
El Cuarto Menguante se relaciona con Olam Assia, el Mundo de la Acción, que va desde el día 22 al día 28, concluyendo el último periodo de 7 días del ciclo lunar. En esta fase continuamos con los objetivos pendientes, los detalles en que concretamos las cosas, es el momento de finalizar experiencias y entrar a un momento de depuración. Reflexionar y hacernos cargo de lo que ya no pudimos concretar y evaluar si es significativo llevarlo a cabo el próximo mes.
Cuando nos ponemos en sintonía e integramos estos procesos fluyendo con cada fase lunar, notamos cambios personales de crecimiento en todos los aspectos de la vida, ya que vamos acorde con procesos naturales y recibimos la luz necesaria para cada momento de nuestro día a día.
La Luna es el camino que conduce al Sol (Tiferet), como el Sol es el camino que conduce al Yo Superior (Kether). Integra esta información para vivir más consciente y sintonizar con la energía disponible de cada mes/signo y sus fases lunares, alcanzando tus propósitos en el nivel físico, mental y espiritual de acuerdo con el Calendario Cabalístico.
Este martes 7 de mayo al caer la noche, recibimos la Luna Nueva del mes de Yyar o Tauro, un mes en que recibimos Luz de Sanación en todas las áreas de la vida.
Que tengas un excelente mes de sanación espiritual!!
Jodesh Tov Yyar!
Feliz mes de Tauro!
"Meditación especial para la Sanación Espiritual: Tikún Hanefesh"
La meditación Tikún Hanefesh es una práctica ancestral de la Cábala, diseñada para promover la sanación y el bienestar integral. Esta forma de meditación cabalista se centra en la purificación y el fortalecimiento del Nefesh, que en la tradición hebrea representa el nivel más básico del alma, asociado con la vida y la salud física.
La práctica de Tikún Hanefesh se basa en la creencia de que los nombres de Dios contienen una energía espiritual poderosa. Al visualizar e inscribir estos nombres en nuestro cuerpo, nos convertimos en canales para esta energía divina, lo que puede tener efectos curativos y restauradores.
Inscripción de Nombres Divinos:
Los nombres de Dios en la tradición cabalista son sagrados y se consideran portadores de la esencia divina.
Al escanear (pasar la vista sobre ellos), inscribimos dichos nombres en nuestro cuerpo, y de esta forma estamos invocando su energía y conectándonos con lo divino.
Cada nombre tiene un propósito específico, como la sanación, la protección o la conexión espiritual.
Canalización de Energía:
Al inscribir los nombres de Dios en nuestro cuerpo, nos convertimos en canales a través de los cuales fluye la energía divina.
Imagina que tu cuerpo es un conducto, y los nombres divinos son las corrientes de luz que fluyen a través de ti.
Esta energía puede ayudar a equilibrar tus chakras, liberar bloqueos emocionales y promover la sanación física y espiritual.
Lo más importante es que al hacer esta o cualquier otra meditación la hagas con el deseo de compartir con otros sus beneficios.
Antes de iniciar pregunta a tus amigos o conocidos si desean que se pida por su salud. Forma una lista y ten muy presente sus peticiones mientras meditas. 3. Restauración de la Salud:
La energía de sanación que fluye a través de nosotros puede afectar positivamente nuestra salud.
Al enfocarnos en la intención de sanar a otros y permitir que la energía divina nos atraviese, podemos contribuir a la restauración del bienestar común.
Esto no reemplaza la atención médica, pero puede complementarla al abordar aspectos espirituales y emocionales. Al practicar Tikún Hanefesh, recuerda que estás conectándote con lo sagrado. Confía en que la energía de sanación fluye a través de ti para el bien mayor.
Feliz mes de Iyar!! ¡Sanidad Completa desde los Cielos para Todosj!
Comments