Lag Ba'omer acontece el 18 de Iyar y el 33 de la Cuenta del Omer que se realiza entre Pesaj y Shavuot. La palabra Lag es un acrónimo formado por dos letras hebreas, lámed y guímel, que tienen un valor numérico de treinta y tres. Mientras que el Omer era una medida de cebada que se ofrendaba en el Templo de Jerusalén, el segundo día de Pesaj dando comienzo a la cosecha en toda la tierra de Israel.
La tristeza y el pesar que acompañan a la Cuenta del Omer son interrumpidos en este día.
Hay dos razones para estar alegres: la primera es que en este momento cesó la peste que había brotado entre los 24,000 discípulos de Rabí Akiva, y la segunda es que se conmemora el aniversario de fallecimiento (Hilulá) de Rabí Shimón Bar Yojái, con lo cual ese día se abre un portal en el que conectamos con su alma y sus méritos. En realidad nos encontramos en un momento cumbre de ascenso espiritual ya que Rabí Shimón Bar Yojái es la encarnación de un alma única que cohesiona y conecta a cada criatura con la Fuerza Superior.
La palabra hilulá significa: "fiesta, alegría" y denota de alguna manera la significación especial de esta fecha. Este término es utilizado, por excelencia, para determinar el día del aniversario de la muerte de un justo. Cabe preguntarse: ¿cómo es posible que, por la muerte de un ser humano, hagamos una conmemoración festiva?
La explicación que dan nuestros jajamim (sabios), al respecto, es que cada año en el aniversario de su muerte, las almas de los Tzadikim (Justos) bajan a este mundo a revelar y compartir la Luz y cualidades que revelaron en su vida. La Kabbalah nos enseña que el día en el que un Tzadik (persona justa) deja nuestro mundo físico, recibimos una oportunidad para conectar con su ayuda espiritual. Cuando un justo fallece el mundo carece de algo, pues hasta ahora los méritos y las buenas acciones de ese justo protegían al mundo y a sus habitantes, pero ahora que ese justo falleció las personas deberían ayunar para provocar el arrepentimiento, pues ahora carecen de la protección que ese hombre les proporcionaba.
Estas celebraciones de aniversario de muerte, también llamadas hilulá, tienen lugar a lo largo de todo el año y son momentos para reunirnos y estudiar, a veces hasta después de la media noche, para conectar con las almas de los justos que están allí para ayudarnos a vencer el ego y cualquier bloqueo que podamos encontrar en nuestra vida. Todos los Tzadikim se sienten felices de responder a nuestra invitación para que nos acompañen y nos apoyen en cada aspecto de nuestro trabajo espiritual.
El carácter de este día está envuelto en el misterio, en la esotérica sabiduría de los Sabios de la Kabbalah de todas las generaciones. El Zóhar y el Talmud explican que cuando aprendemos de una lección de un maestro en particular, ese estudio nos conecta con el maestro que nos guió a dicha lección. Por ende, mientras más implementamos las enseñanzas de un maestro en nuestra vida, más nos conectamos con ese maestro.
No por casualidad, en Lag Baómer, fecha de la conmemoración del fallecimiento de rabí Shimón Bar Yojái, acostumbramos a encender fogatas y velas, haciendo alusión al gran esclarecimiento que hizo este hombre piadoso con su obra magna, el Zóhar (Resplandor), además de sus otras enseñanzas plasmadas en el vasto mar del Talmud, permitiéndonos conocer varios de los secretos más excelsos de la Creación.
Si bien el Zóhar recibe el nombre del "Libro del Esplendor" porque sus enseñanzas iluminan la oscuridad y la confusión de este mundo y sirven como un faro que nos guía para avanzar por la vida. El Libro del Zóhar relata que Rabí Shimón Bar Yojái (Rashbi), su hijo, Rabí Eleazar y Rabí Aba, alcanzaron el nivel del Profeta Eliáhu (Elías). Así, se cuenta que el propio Eliáhu visitó su cueva y les enseñó la Torá.
Shimón Bar Yojai recibió el nombre de “Botzina Kadisha”, o la “Lámpara Sagrada” por haber alcanzado el alma de Moshé (Moisés).
La noche de Lag BaÓmer, se acostumbra encender dos velas o fogatas en memoria de Rabí Shimón Bar Yojái y de su hijo Rabí Eleazar, simbolizando la luz provista por el eterno fuego de la Torá, y en particular de sus dimensiones internas, que fueron reveladas. Pedimos al Creador que, por el mérito de estos dos hombres buenos, se nos concedan todos nuestros deseos y anhelos, para bien. Especialmente en el día de la Hilulá, debemos hacer obras de DAR, COMPARTIR, TZEDAKA para conectar con esa energía que está disponible.
El regalo de Lag BaÓmer es la oportunidad de conectar con nuestro mayor potencial. Con la asistencia del gran alma de Rabí Shimón Bar Yojái podemos conectar con ese aspecto de nuestro ser que sigue oculto y aparentemente imperceptible. En este día nos esforzamos en comenzar ese proceso. Lag BaÓmer es un llamado a nuestras almas para hacer un compromiso más fuerte para impulsarnos más allá de lo que creemos que es posible; sin importar las dificultades que enfrentemos.
¡LAG BAOMER SAMÉAJ!
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