Hoy por la noche celebramos la Conexión al Creador a través de la naturaleza: Tu Bishvat, El Año Nuevo de los Árboles.
En la literatura rabínica «El año nuevo de los Árboles» era simplemente una fecha en el calendario que indicaba la división fiscal sobre el diezmo de la producción agrícola entre un año y el otro. Pasarían aproximadamente 1000 años para que esta fiesta cobrara un renovado sentido gracias a la genialidad del grupo místico de Sefad.
Los sabios que rodeaban a Isaac Luria, llamado el Arí – uno de los cabalistas más importantes de su generación- transformaron el día en un festival que celebra la Creación.
Pero esta Creación no se refiere a la conmemoración de un evento único sino una celebración de la emanación continua de la Presencia Divina en el mundo a través de las fuerzas de la naturaleza. En la Kabbalah el lenguaje se reinventa a sí mismo y la tradicional frase sobre “el Mundo Venidero” deja de ser solamente una era mesiánica que está por venir y se convierte en “el Mundo que está constantemente Viniendo o Deviniendo”, constantemente fluyendo, aconteciendo, una dimensión sin tiempo real en donde el aquí y ahora suceden si uno está receptivo.
Así los místicos vieron la regeneración de la tierra como el resultado del flujo constante de energía divina en el mundo e idearon un Seder moldeado en el Seder de Pesaj para celebrar dicho suceso. Sin embargo el objetivo del Seder Tu Bishvat no es revivir la experiencia de la liberación de la esclavitud como hacemos en Pesaj sino estimular y celebrar esta emanación celestial fructificante. Tu Bishvat en tanto es una fiesta llena de significado espiritual.
Una forma de celebrarlo es a través de un Séder Cabalístico, o cena ritual en la que bendecimos las frutas y el vino. En esta celebración se come del fruto de los árboles y se toma vino. También se recita la oración "sheejeianu" entre otras cosas.
Pero lo más importante es tomar consciencia del significado espiritual que tiene para nosotros en la Kabbalah.
La Torá nos dice: “El hombre es como un árbol del campo…” (Deuteronomio 20:19).
La Torá habla de la importancia de los frutos de los árboles y tiene leyes sobre esto. Nosotros somos árboles, la pregunta es ¿Qué tipo de fruto estoy dando?
Hay tres tipos de árboles:
Los que dan frutos buenos
Los que dan frutos malos
Y los que no dan fruto
¿En cuál de estos estás?
Hoy te invito a que cuidemos las semillas espirituales que posteriormente serán un gran árbol que dará frutos para bien de la humanidad.
Que cuidemos nuestra tierra de dónde nos nutrimos (fuente espiritual) y que cuidemos nuestro proceso interno (Voluntad, pensamientos, emociones).
Jag Sameaj Tu Bishvat Feliz Año Nuevo de los Árboles!!
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